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Acuario

22 abril 2010

Del 21 de enero al 19 de febrero.

Regido por Urano.

Sus Rasgos

Acuario presenta un talante abierto a todo lo que le depare el destino. Es una persona sociable con la necesidad de continua experimentación.

Está dotado de una notable sensibilidad humanitaria. Es arrojado y se presenta dispuesto a los cambios; de ahí su capacidad de adaptación a los tiempos y a las nuevas tendencias.

Su Carácter

Acuario posee un elevado concepto de la amistad, es leal y siempre está dispuesto a echar una mano.

De estatura ligeramente superior a la media, el nacido bajo el signo de Acuario presenta un porte digno.

El nacido entre las postrimerías de enero y los dos primeros tercios de febrero aprecia la libertad y la independencia, además de ser una persona generalmente dotada de un genio y un talento que le premiten la improvisación de recursos cuando otros están en un callejón sin salida. Por otro lado, acostumbra a ser tímido, delicado y está siempre dispuesto a acudir en ayuda de quien lo necesite.

Acuario es tolerante y tiene la mente abierta a cualquier fenómeno que se desarrolle delante de él. No es frecuente que sea prejuicioso y su espíritu fraternal le permite soportar los más extraños comportamientos y actitudes.

No es amigo de ataduras ni de compromisos; detesta las obligaciones y tener que cumplir un horario. Sin embargo, si se consigue que confirme que estará en un lugar a una hora determinada, no faltará.

Posee una gran memoria. También la habilidad de fijar su atención en diversos puntos de una misma estancia, de manera que al tiempo que mantiene un diálogo puede saber qué ocurre entre otras personas que traten de un asunto diferente, aun cuando parezca distraído.

No es mentiroso y rehuye la mala intención. Es poco partidario de prestar dinero o pedirlo.

El Amor

Acuario goza del don de la intuición con el que escudriña a las personas y descifra las ideas sin conmoverse, adivinando la verdad de forma ilógica y sin trabajo aparente.

En las relaciones personales, Acuario es un tanto despreocupado a causa de su ideal de perseguir la prosperidad de toda la humanidad.

Acuario vive el amor como una emoción independiente al margen del propio egoismo, por lo que conviene descubrirlo antes de gozarlo. La satisfacción corporal lo deja vacío y todavía deseoso de algo más que desconoce, porque no alcanza a comprender el milagro de la unión con la pareja, que es el enigma sagrado del amor.

El hombre Acuario siente la necesidad de experimentar las novedades que le depare el destino. Así se forja armónicamente a través de la unión con una mujer que comparta la percepción de la realidad y la concepción de las relaciones humanas. Sólo así brinda afecto sincero y prodiga  una entrega incondicional.

La mujer Acuario es inconformista e independiente, ya que es partidaria de las relaciones fundamentadas en la libertad, sin compromisos sentimentales, por lo que aprecia más la vida comunitaria que la conyugal.

El Sexo

Para la mujer Acuario la sexualidad no es más que un aspecto de la existencia, por lo que el hombre no ha de entender que no lo necesita cuando se muestra ausente en la intimidad sexual. Por esa razón, la mujer Acuario ha de esmerarse en reaccionar ante los embates sexuales del compañero con entusiasmo sincero y apasionado, recibiendo las muestras de afecto jubilosamente expectante, si no quiere que se temple el cariño hasta que el amor se extinga.

No se obsesiona por la voluptuosidad y el erotismo, aunque sí pueden despertar su curiosidad. Rara vez pide más de lo que se le da, por lo que obtiene una dichosa armonía en la relación sexual.

Cuando se enamora, se refugia en su yo más íntimo para tomarse el tiempo que le permita analizar esos nuevos sentimientos. La amistad es tan vital como la respiración para ella, que confía sinceramente en el hombre que ama si es un amigo leal, verdadero y noble, lo que la anima a ser además la compañera sexual y romántica más ardiente.

La mujer Acuario está tan enamorada de la vida que no entrega todas las ilusiones en un solo milagro porque piensa que la amistad ocupa el primer escalón del podio, el amor está en el segundo y el sexo (a pesar de su naturaleza placentera, la cual no hay que exagerar) en el tercer peldaño.

El hombre Acuario siempre se muestra admirado ante el milagro del acto amoroso, pues percibe todas las experiencias de la vida como si fuesen la primera; por ello las ha de paladear y degustar antes de decidirse por guardarlas o desecharlas. Ocurre también así en lo que se refiere al amor, donde se desenvuelve con aparente tibieza.

Puede ser variado y sorprendente, aunque ha de aprender a ser paciente para comprender y colmar los anhelos de afecto y caricias que experimentan algunas mujeres en el acto amoroso, las cuales a base de esmero y de indulgencia con respecto a la singularidad sexual, afectiva y emocional de Acuario, logran deleitarse, ya que es un amante sensible y considerado.

A pesar de todo, el sexo no goza de prioridad para el varón Acuario (aunque tampoco lo menosprecia) porque no reviste una importancia desmesurada y no lo considera el factor más relevante de una relación entre dos personas. Acuario no tiene facilidad para expresar con palabras cuánto necesita a la amada, pues a menudo le cuesta desenvolverse mediante el arte de las lisonjas y se siente torpe cuando ha de verbalizar los más profundos sentimientos y emociones.

La actitud de Acuario en relación con la intimidad sexual es tranquila y sosegada, en busca de la concordancia perfectamente armónica entre corazones y cuerpos. Solo cuando la amistad haya quedado comprobada, el varón Acuario vuelve la atención hacia la intimidad física, ya que se siente dichoso para brindar y recibir satisfacción sexual cuando está con una amante en la que pueda confiar completamente.

A menudo el instinto sexual del hombre Acuario se desarrolla lentamente, si bien cabe decir que no es así siempre, dado que en el varón Acuario destaca su virilidad.